miércoles, 16 de noviembre de 2016

Cita a ciegas

Hace varios días estuve frente al espejo por horas y horas tratando de imaginar como me vería con una mejor sonrisa, con una mirada de otro color o con unas cejas más delgadas, son tantos los defectos que uno puede encontrar en sí mismo,  en su físico, en sus actos y sus pensamientos que, aunque tal vez no lo hayas sentido o quizá estoy equivocada, no puedes  pensar siquiera en uno que te guste en esos momentos.
Pasaron los días y yo seguía parándome frente al espejo fija y estética, como si a mis pies le nacieran raíces gruesas y dolorosas. Tratando de imaginar algo que no había visto ¿saben lo difícil que es eso? ¿han imaginado algo del cual no tienen ni una simple idea? Por ejemplo, Cuando te dicen: imagina un perro, fácil imaginas un snoopy,  algún sabueso, un perro negro, café, pequeño, grande, etcétera pero de pronto te piden que imagines algo que ni siquiera puedes relacionar los fragmentos de la palabra, simplemente no reconoces ni relacionas esa palabra con nada. 
Así se sentía el reflejo.
Hoy, tuve una cita con alguien especial,  una cita con alguien completamente desconocida, quería agradarle en lo más profundo de mis deseos, tenía demasiados nervios. 
Me arregle el cabello, pinte mis labios,  me depile las cejas y me puse rubor para encontrarme con ella.
Entonces la vi, ahí parada frente a mi, con su sonrisa entera y como nunca antes más sincera,  segura y hermosa. 
Hoy por fin logre ver una chica nueva. Hoy me devolvieron lo que no tuve y se escondía en la mejor versión de mis días.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario